miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ay Llallagua!, tantas vivencias y sentimientos que no se olvidan

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¡Ay Llallagua!, tantas vivencias y sentimientos que no se olvidan
(*)  P. Guillermo Siles Paz, OMI

Este día 15 de agosto, es sin lugar a dudas, el día más importante para Llallagua,  población del Norte de Potosí. Llallagua es una población minera, civil e indígena, entendida por su carácter histórico y por su valor sociocultural diverso. Hoy podemos  decir muchas cosas importantes.
Podemos ubicar a Llallagua como una región multicultural. En su seno alberga ciudadanos de diferentes culturas y pueblos. Alrededor  de la población están diferentes comunidades y pueblos indígenas muy bien organizados. Hicieron su centro de vida y trabajo en Llallagua,  por eso hay un permanente diálogo intercultural. 
Cada barrio y campamento de Llallagua tiene su historia y tradición, podríamos llenar de páginas con los recuerdos y acciones que en el pasado han hecho de esta población historia. Fácilmente uno, que está en Llallagua,  puede identificar las características de las zonas y de los campamentos mineros. Pero todos concentran su encuentro en la calle Linares, en la Plaza del Minero, o en la Plaza 6 de agosto. Todos sabemos que la zona productiva es Cancañiri. O tal vez ir a la zona Nº 1 ahí está el mercado, hoy diferente, pero trae recuerdos. Esa mezcla de la población entre campo y ciudad hace más agradable el encuentro en la modernidad y la tradición.
Cada calle puede contarnos sus historias, de manifestaciones, de masacres, de enfrentamientos, de alegrías, de esperanzas. Cuando llegó el 21060, el 1985, todos pensaban que terminaría todo en este Distrito Minero. Ahí las esperanzas dejaron de existir. Cuantos hijos de esta tierra tuvieron que dejar su casa y familia para encontrar mejores días. Partieron para poblar otras ciudades, y solo este 15 de agosto intentaban reencontrarse.
Los que se quedaron, han tratado de reconstruir la vida cotidiana, pocos confiaron en un futuro diferente. La mayoría, miraba las minas, las colas y desmontes con esperanzas y sueños muy lejanos, soñaban que de esas piedras puedan brotar nuevas esperanzas. Pero que tal vez no serian testigos.
Hoy cambiaron las condiciones, eso ha permitido que muchos hermanos y hermanas de la región aprovechen de las riquezas que nos da la Madre Naturaleza. Pero aún las condiciones de explotación no han cambiado, sigue siendo un  trabajo duro y sacrificado. Solo la satisfacción llega cuando el mineral es comercializado. 
Ahora bien, uno pensaría, que los mejores precios que nos dejan por el mineral, deberían de promover una mejorara en las condiciones de vida de la gente, en especial de los mismos mineros y de la población, pero parece aún un trabajo pendiente.
Hoy que podría esperar Llallagua, lo primero reconstruir una población con las relaciones de amistad tradición y respeto.  Pensar que esa historia no debe morir, sino debe ser la inspiración para sostener un futuro solido.
En este día 15 de agosto, también recordaremos la caminata con la “mamita Asunta”.  Que para dar esperanza y consuelo a la población civil, minera y campesina, la imagen de la virgen visitaba las diferentes calles y escuchaba las diferentes preocupaciones de la gente. La Radio Pío XII y la parroquia trataba de iluminar estos momentos, pero desde el contexto local, era como la oportunidad para mirar un poco más allá de nuestro lamento.
Cada zona y campamento se preparaba para  recibir a la “Mamita Asunta”, preparaban lo mejor para ella, decía la gente. Pero en el fondo era para el mismo pueblo, porque esos momentos de encuentro con la imagen de la virgen lograron reconstruir las fuerzas y urgencia de hacer algo por el pueblo. Se convirtieron en momentos de discusión, de análisis y propuestas para salir de este subdesarrollo y marginación.
No podemos olvidar esas poesías, cantos, votos resolutivos, etc. que los leían a las autoridades municipales, ahí, acompañados de la “Mamita Asunta”. Ahí se escuchaba el sentir de la gente. Que desde su sencillez había una construcción de su ciudadanía. Una responsabilidad social. Eran momentos para escucharnos profundamente.
Por eso hoy es tan importante de aprender de nuestras acciones, de nuestro pasado. Estas vivencias nos ayudan a recuperar los buenos sentimientos y propósitos de cambio.
Todos, en estos centros mineros, hemos aprendido a escuchar a la gente, a escucharnos entre hermanos y a darnos siempre una esperanza.




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